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martes, 13 de marzo de 2012

El sentido del tiempo en la infancia (Francesco Tonucci)


Referencias:
Algunas citas sacadas de Wikipedia:
"... los maestros deberían aprovechar los momentos de libertad y juego de los chicos para observarlos, ver los aspectos de su carácter y las actitudes que normalmente en clase no se revelan. (...) para conocerlos más".

"Los chicos tienen que llegar a la escuela con los bolsillos llenos, no vacíos, y sacar sus conocimientos para trabajarlos en el aula. (...) El trabajo empieza dando la palabra a los niños. Primero se mueve el niño; recién después el maestro. El maestro tiene que conocer lo que saben los niños antes de actuar, porque si se procede antes, seguro hace daño. (...) Si fueran escuchados, los niños podrían llevar a la escuela su propio pensamiento. Lo normal es que un niño que tiene una inteligencia práctica, hábil con las manos y que puede desarmar un motor, para la escuela no vale nada. Vale sólo si sabe elaborar lógicamente datos. Esa clasificación no tiene sentido. Esa actitud selectiva, de que hay pocos lenguajes importantes y de que los demás no valen nada, conducen al niño al fracaso".

"La escuela utiliza la desconfianza y eso produce una evaluación negativa basada en lo que el chico no sabe hacer. Apoyándose sobre lo que sí sabe hacer bien, la escuela debería motivarlo a recuperar y a ganar lo que no tiene como una conquista. (...) La escuela transmisiva supone que el niño no sabe y va a la escuela a aprender, mientras el maestro enseña a quien no sabe. Esa es una idea infantil, que piensa al niño como un vaso vacío, mientras el maestro vierte conocimientos que llenan al niño gradualmente. (...) El niño sabe y es competente y va a la escuela para desarrollar su saber".

"La escuela debe ser capaz de leer la realidad concreta que rodea al niño. La geografía es la de su barrio; la historia, la de su familia".

"El nacimiento de las democracias occidentales y el desarrollo industrial exigen de la escuela una formación elemental, una alfabetización masiva. Lo exigen porque, si la democracia significa gestión popular del poder, cada ciudadano podrá participar en ella en la medida en que se disponga de instrumentos para informarse, expresarse, discutir".

"La escuela no cambia, continúa siendo de complemento, permanece la selección aunque desplazada hacia los niveles superiores, los institutos, las universidades y el trabajo; sube el porcentaje de analfabetismo funcional, es decir, el número de los que nunca utilizan los instrumentos culturales más elementales propuestos por la escuela: la lectura y la escritura".

"El problema es más profundo y continúa latente bajo las diversas formas estructurales y metodológicas: la escuela de todos no se ha convertido en la escuela para todos".
"Ahora que todo el mundo va a la escuela son muchísimos menos los que pueden encontrar en su familia las necesaria bases-modelos culturales".

"Una escuela que quiera ser realmente una escuela de todos y para todos, debe preocuparse por ofrecer a todo el mundo aquellas bases, aquellas motivaciones, aquellos modelos culturales imprescindibles para construirse un patrimonio de conocimientos, de habilidades, de competencias".

"Paradójicamente, podríamos afirmar que tienen éxito en la escuela los que no la necesitan. La escuela, que debería contribuir a introducir la igualdad entre los ciudadanos, por el contrario alimenta las diferencias".

"En la institución escolar no ha cambiado nada porque se ha dejado completamente al margen de este proceso de transformación a los profesores".

"Nuestra escuela hoy vive prácticamente en la "ilegalidad", en la incapacidad de aplicar sus propias normativas y con el temor de que aparezcan otras nuevas, aún más avanzadas".

"Una reforma real de la escuela debería nacer de los que trabajan en ella, como exigencia de nuevos niveles profesionales, para la construcción de los cuales deberían utilizarse todas las energías actualmente disponibles".

"Un proyecto que mire hacia el futuro, hacia el siglo XXI, debería examinar tres aspectos: a) El papel de la escuela y su relación con la realidad del exterior; b) El método escolar: relación enseñanza-aprendizaje; c) El docente: su función y su formación".

"La escuela asume el papel de entidad educativa por antonomasia, amplía su duración y multiplica objetivos y actuaciones. Las familias piden a la escuela que dé más y que compense las deficiencias familiares y sociales. La escuela se convierte es un lugar de sociabilización, de recuperación, de terapia..."

"El profesor no es el saber sino el mediador del saber".

"La escuela disfruta de la diversidad. Los puntos de vista distintos constituyen el motor indispensable de la acción educativa: ponen de manifiesto contrastes o contradicciones, solicitan comparaciones progresivas y profundizaciones posteriores".
 
Salud, humor, amor,...

Eleder BuM31    Mind mapping- Open Space-Creati-vida 
www.burumapak.blogspot.com (eus)   @Eleder_BuM  (Twitter)

jueves, 16 de febrero de 2012

COMPARTIR CASA... Y ALGO MÁS (ligado a innovación "sucial")

Mensaje muy sensato que me llega de la lista de distribución gurasoak. He cambiado nombres y lugares, pero creo que la situación descrita es bastante común.

"Egunon a todis. Antes de nada quiero presentarme puesto que algunas me conoceis pero otros no. Me llamo Lucía y soy madre de Peio, un niño estupendo de seis añitos. Vivimos los dos en un pisito en Lemoa y desde hace un tiempo me anda rondando una idea a la que no puedo seguir eludiendo. Realmente creo que los niños y niñas necesitan jugar,correr,saltar e investigar de mil maneras entre ellos mismos, necesitan vivir juntos. No se cuál será la dinamica de los lugares en los que vivís pero aquí,en Lemoa, siendo un pueblo pequeño como es, la verdad es que la infancia no se caracteriza por estar jugando en la plaza en la mayoria de los casos, a no ser que sea a la nintendo. Me estoy liando con lo que quiero decir: tanto mi hijo como yo necesitamos crecer acompañados. Es por esto que ando tanteando por si alguien entre vosotris tiene la misma necesidad, con la idea de buscar y compartir una casa donde pudiéramos entre varios hacernos la vida más fácil. A mí particularmente me encantaria ver crecer a mi hijo entre personas diferentes que le hicieran darse cuenta de lo extenso que es el mundo. Si a alguien le interesa la idea de principio,que lo piense. Por supuesto tendriamos mil cosas de las que hablar. Un saludo a todis y a disfrutar, que son dos dias!"

¿Cuando hablamos de innovación "sucial", estaremos hablando sobre todo de crear alternativas que den respuesta a este tipo de situaciones básicas?


@morea!
Eleder BuM31    Mind Mapping-Open Space Technology-Creati-vida

domingo, 9 de octubre de 2011

Tu hiji es una buena persona (Dr. Carlos González)

Cuando una esposa afirma que su marido es muy bueno, probablemente es un hombre cariñoso, trabajador, paciente, amable… En cambio, si una madre exclama “mi hijo es muy bueno”, casi siempre quiere decir que se pasa el día durmiendo, o mejor que “no hace más que comer y dormir” (a un marido que se comportase así le llamaríamos holgazán). Los nuevos padres oirán docenas de veces (y pronto repetirán) el chiste fácil: “¡Qué monos son… cuando duermen!”
Y así los estantes de las librerías, las páginas de las revistas, las ondas de la radio, se llenan de “problemas de la infancia”: problemas de sueño, problemas de alimentación, problemas de conducta, problemas en la escuela, problemas con los hermanos… Se diría que cualquier cosa que haga un niño cuando está despierto ha de ser un problema.
Nadie nos dice que nuestros hijos, incluso despiertos (sobre todo despiertos), son gente maravillosa; y corremos el riesgo de olvidarlo. Aún peor, con frecuencia llamamos “problemas”, precisamente, a sus virtudes.
Tu hijo es generoso
Marta juega en la arena con su cubo verde, su pala roja y su caballito. Un niño un poco más pequeño se acerca vacilante, se sienta a su lado y, sin mediar palabra (no parece que sepa muchas) se apodera del caballito, momentáneamente desatendido. A los pocos minutos, Marta decide que en realidad el caballito es mucho más divertido que el cubo, y lo recupera de forma expeditiva. Ni corto ni perezoso, el otro niño se pone a jugar con el cubo y la pala. Marta le espía por el rabillo del ojo, y comienza a preguntarse si su decisión habrá sido la correcta. ¡El cubo parece ahora tan divertido!
Tal vez la mamá de Marta piense que su hija “no sabe compartir”. Pero recuerde que el caballito y el cubo son las más preciadas posesiones de Marta, digamos como para usted el coche. Y unos minutos son para ella una eternidad. Imagine ahora que baja usted de su coche, y un desconocido, sin mediar palabra, sube y se lo lleva. ¿Cuántos segundos tardaría usted en empezar a gritar y a llamar a la policía? Nuestros hijos, no le quepa duda, son mucho más generosos con sus cosas que nosotros con las nuestras.
Tu hijo es desinteresado
Sergio acaba de mamar; no tiene frío, no tiene calor, no tiene sed, no le duele nada… pero sigue llorando. Y ahora, ¿qué más quiere?
La quiere a usted. No la quiere por la comida, ni por el calor, ni por el agua. La quiere por sí misma, como persona. ¿Preferiría acaso que su hijo la llamase sólo cuando necesitase algo, y luego “si te he visto no me acuerdo”? ¿Preferiría que su hijo la llamase sólo por interés?
El amor de un niño hacia sus padres es gratuito, incondicional, inquebrantable. No hace falta ganarlo, ni mantenerlo, ni merecerlo. No hay amor más puro. El doctor Bowlby, un eminente psiquiatra que estudió los problemas de los delincuentes juveniles y de los niños abandonados, observó que incluso los niños maltratados siguen queriendo a sus padres.
Un amor tan grande a veces nos asusta. Tememos involucrarnos. Nadie duda en acudir de inmediato cuando su hijo dice “hambre”, “agua”, “susto”, “pupa”; pero a veces nos creemos en el derecho, incluso en la obligación, de hacer oídos sordos cuando sólo dice “mamá”. Así, muchos niños se ven obligados a pedir cosas que no necesitan: infinitos vasos de agua, abrir la puerta, cerrar la puerta, bajar la persiana, subir la persiana, encender la luz, mirar debajo de la cama para comprobar que no hay ningún monstruo… Se ven obligados porque, si se limitan a decir la pura verdad: “papá, mamá, venid, os necesito”, no vamos. ¿Quién le toma el pelo a quién?
Tu hijo es valiente
Está usted haciendo unas gestiones en el banco y entra un individuo con un pasamontañas y una pistola. “¡Silencio! ¡Al suelo! ¡Las manos en la nuca!” Y usted, sin rechistar, se tira al suelo y se pone las manos en la nuca. ¿Cree que un niño de tres años lo haría? Ninguna amenaza, ninguna violencia, pueden obligar a un niño a hacer lo que no quiere. Y mucho menos a dejar de llorar cuando está llorando. Todo lo contrario, a cada nuevo grito, a cada bofetón, el niño llorará más fuerte.
Miles de niños reciben cada año palizas y malos tratos en nuestro país. “Lloraba y lloraba, no había manera de hacerlo callar” es una explicación frecuente en estos casos. Es la consecuencia trágica e inesperada de un comportamiento normal: los niños no huyen cuando sus padres se enfadan, sino que se acercan más a ellos, les piden más brazos y más atención. Lo que hace que algunos padres se enfaden más todavía. Si que huyen los niños, en cambio, de un desconocido que les amenaza.
Los animales no se enfadan con sus hijos, ni les riñen. Todos los motivos para gritarles: sacar malas notas, no recoger la habitación, ensuciar las paredes, romper un cristal, decir mentiras… son exclusivos de nuestra especie, de nuestra civilización. Hace sólo 10.000 años había muy pocas posibilidades de reñir a los hijos. Por eso, en la naturaleza, los padres sólo gritan a sus hijos para advertirles de que hay un peligro. Y por eso la conducta instintiva e inmediata de los niños es correr hacia el padre o la madre que gritan, buscar refugio en sus brazos, con tanta mayor intensidad cuanto más enfadados están los progenitores.
Tu hijo sabe perdonar
Silvia ha tenido una rabieta impresionante. No se quería bañar. Luchaba, se revolvía, era imposible sacarle el jersey por la cabeza (¿por qué harán esos cuellos tan estrechos?). Finalmente, su madre la deja por imposible. Ya la bañaremos mañana, que mi marido vuelve antes a casa; a ver si entre los dos…
Tan pronto como desaparece la amenaza del baño, tras sorber los últimos mocos y dar unos hipidos en brazos de mamá, Silvia está como nueva. Salta, corre, ríe, parece incluso que se esfuerce por caer simpática. El cambio es tan brusco que coge por sorpresa a su madre, que todavía estará enfadada durante unas horas. “¿Será posible?” “Mírala, no le pasa nada, era todo cuento”.
No, no era cuento. Silvia estaba mucho más enfadada que su madre; pero también sabe perdonar más rápidamente. Silvia no es rencorosa. Cuando Papá llegue a casa, ¿cuál de las dos se chivará? (“Mamá se ha estado portando mal…”). El perdón de los niños es amplio, profundo, inmediato, leal.
Tu hijo sabe ceder
Jordi duerme en la habitación que sus padres le han asignado, en la cama que sus padres le han comprado, con el pijama y las sábanas que sus padres han elegido. Se levanta cuando le llaman, se pone la ropa que le indican, desayuna lo que le dan (o no desayuna), se pone el abrigo, se deja abrochar y subir la capucha porque su madre tiene frío y se va al cole que sus padres han escogido, para llegar a la hora fijada por la dirección del centro. Una vez allí, escucha cuando le hablan, habla cuando le preguntan, sale al patio cuando le indican, dibuja cuando se lo ordenan, canta cuando hay que cantar. Cuando sea la hora (es decir, cuando la maestra le diga que ya es la hora) vendrán a recogerle, para comer algo que otros han comprado y cocinado, sentado en una silla que ya estaba allí antes de que él naciera.
Por el camino, al pasar ante el quiosco, pide un “Tontanchante”, “la tontería que se engancha y es un poco repugnante”, y que todos los de su clase tienen ya. “Vamos, Jordi, que tenemos prisa. ¿No ves que eso es una birria?” “¡Yo quiero un Totanchante, yo quiero, yo quiero…!” Ya tenemos crisis.
Mamá está confusa. Lo de menos son los 20 duros que cuesta la porquería ésta. Pero ya ha dicho que no. ¿No será malo dar marcha atrás? ¿Puede permitir que Jordi se salga con la suya? ¿No dicen todos los libros, todos los expertos, que es necesario mantener la disciplina, que los niños han de aprender a tolerar las frustraciones, que tenemos que ponerles límites para que no se sientan perdidos e infelices? Claro, claro, que no se salga siempre con la suya. Si le compra ese Tontachante, señora, su hijo comenzará una carrera criminal que le llevará al reformatorio, a la droga y al suicidio.
Seamos serios, por favor. Los niños viven en un mundo hecho por los adultos a la medida de los adultos. Pasamos el día y parte de la noche tomando decisiones por ellos, moldeando sus vidas, imponiéndoles nuestros criterios. Y a casi todo obedecen sin rechistar, con una sonrisa en los labios, sin ni siquiera plantearse si existen alternativas. Somos nosotros los que nos “salimos con la nuestra” cien veces al día, son ellos los que ceden. Tan acostumbrados estamos a su sumisión que nos sorprende, y a veces nos asusta, el más mínimo gesto de independencia. Salirse de vez en cuando con la suya no sólo no les va hacer ningún daño, sino que probablemente es una experiencia imprescindible para su desarrollo.
Tu hijo es sincero
¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público “¿Por qué esa señora es calva?” o ¿Por qué ese señor es negro?” Que contestase “Sí” cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar “Sí” a nuestra retórica pregunta “¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?”
Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese “feo vicio”. Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.
Tu hijo es un buen hermano
Imagínese que su esposa llega un día a casa con un guapo mozo, más joven que usted, y le dice: “Mira, Manolo, este es Luis, mi segundo marido. A partir de ahora viviremos los tres juntos, y seremos muy felices. Espero que sabrás compartir con él tu ordenador y tu máquina de afeitar. Como en la cama de matrimonio no cabemos los tres, tú, que eres el mayor, tendrás ahora una habitación para ti sólito. Pero te seguiré queriendo igual”. ¿No le parece que estaría “un poquito” celoso? Pues un niño depende de sus padres mucho más que un marido de su esposa, y por tanto la llegada de un competidor representa una amenaza mucho más grande. Amenaza que, aunque a veces abrazan tan fuerte a su hermanito que le dejan sin aire, hay que admitir que los niños se toman con notable ecuanimidad.
Tu hijo no tiene prejuicios
Observe a su hijo en el parque. ¿Alguna vez se ha negado a jugar con otro niño porque es negro, o chino, o gitano, o porque su ropa no es de marca o tiene un cochecito viejo y gastado? ¿Alguna vez le oyó decir “vienen en pateras y nos quitan los columpios a los españoles”? Tardaremos aún muchos años en enseñarles esas y otras lindezas.
Tu hijo es comprensivo
Conozco a una familia con varios hijos. El mayor sufre un retraso mental grave. No habla, no se mueve de su silla. Durante años, tuvo la desagradable costumbre de agarrar del pelo a todo aquél, niño o adulto, que se pusiera a su alcance, y estirar con fuerza. Era conmovedor ver a sus hermanitos, con apenas dos o tres años, quedar atrapados por el pelo, y sin gritar siquiera, con apenas un leve quejido, esperar pacientemente a que un adulto viniera a liberarlos. Una paciencia que no mostraban, ciertamente, con otros niños. Eran claramente capaces de entender que su hermano no era responsable de sus actos.
Si se fija, observará estas y muchas otras cualidades en sus hijos. Esfuércese en descubrirlas, anótelas si es preciso, coméntelas con otros familiares, recuérdeselas a su hijo dentro de unos años (“De pequeño eras tan madrugador, siempre te despertabas antes de las seis…”) La educación no consiste en corregir vicios, sino en desarrollar virtudes. En potenciarlas con nuestro reconocimiento y con nuestro ejemplo.
La semilla del bien
Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.
Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la “falta de disciplina”, que se hubieran evitado con “una bofetada a tiempo”. Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo “adecuado” para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos. Es lo que de verdad necesita.

Dr. Carlos González, pediatra
Extractado de Bésame mucho

lunes, 8 de agosto de 2011

El "Estupidiario" de la Teta

Nos llega a través de la lista "gurasoak" (gurasoak@googlegroups.com.) y Esmeralda de  www.sirinadas.com este escrito que reutilizamos, por ser un tema importante y porque la autora, Sarai Llamas , demuestra un punto de humor que siempre es bienvenido aquí.

 

He buscado imágenes con "breastfeeding"  y entre las primeras aparece esta. Recuerdo haber leido hace año y pico en 7K acerca de una sociedad en la que lis niñis toman el pecho paterno (¿alguien por ahí con el enlace?). En este artículo se habla del caso del señor de la foto...


 

El "Estupidiario" de la Teta (Sarai Llamas)

 

He creado un artículo con algunas de las barbaridades que me han dicho y que han dicho a otras mamás en lo relativo a la Lactancia Materna. Algunos comentarios son para morirse de la risa. ¡¡¡Juzgad vosotras mismas!!!

«No deberías tenerlo siempre en brazos tú para darle el pecho, porque se encariña contigo demasiado»… mmm… me gustaría saber, porque a día de hoy aún no me lo puedo explicar, cómo puedo darle el pecho a mi hijo si no lo tengo en brazos…. o_O
«No comas demasiada ensalada de tomate, porque es ácido y la leche se vuelve agria».
Una de las mejores que he oído: «Si tienes la gripe tienes que sacarte la leche y hacerlo hervir o congelarlo antes de dárselo al niño ya que así no se contagia»… Sí, ya. Si me paso todo el día tosiendo y estornudando pegada a él no hay problema… pero ¡la leche la tengo que hervir! ;)
«¡¡¡No bebas agua fría mientras le das el pecho, que la leche sale fría y después le duele la garganta al niño…!!!».
Dicha por un pediatra cuando el bebé tenía 11 meses: «Si quiere siga dándole el pecho, pero sepa que su leche no tiene sustancia alguna».
Dicha por un niño: «Mamá, mamá… —desconcertado— pero de la teta la leche sale ya con el Nesquik».
«¿Aún le das el pecho? ¿Y cúando piensas darle la leche normal?»  No sé que tiene de anormal mi leche, pero si con leche normal se refiere a la leche de vaca, la respuesta es: cuando me convierta en una.
«¿Pero tú estás segura de que tu leche sigue siendo buena? ¿La has hecho analizar?».
A una mamá le han dicho esto mientras le daba el pecho a su hija de un año: «Verás que a fuerza de chupar la teta vas a hacer que esta niña se convierta en lesbiana» … ¡Oh. Dios. Mío! o_O
«No comas los guisantes mientras das el pecho, sino el niño los echará a cachitos cuando haga caca»…Sin comentarios…
Otra buenísima: «Con este calor, antes de darle el pecho te tienes que refrescar, de lo contrario la leche se estropea y después le vienen los cólicos al niño…». En fin, lo mejor será meterse un ratito antes en el frigorífico.
La suegra de una mamá: «…una conocida mía ha tendido que dejar de dar el pecho a su hija de dos años obligada por su ginecóloga, porque le estaba viniendo la menopausia por culpa de la lactancia materna… no le venía la menstruación… ¿y a ti?».
«¿Todavía toma tu leche? ¿Pero es él que te lo pide?»… No, lo persigo yo con la teta fuera… ;)
Una pediatra: «¿Tiene dos años y medio y todavía le das el pecho? Pero si ya no tendrás ni una gota de leche, el niño chupa por chupar… y si te queda algo de leche es porque eres un caso raro».
«Verás que antes o después, con esos 4 dientes, te arranca un pezón».
Las profesoras de una guardería: «¿Estás segura que tú le seguías dando el pecho cuando el niño empezó la guardería? Yo no lo hubiera dicho, era un niño tan independiente y seguro…».
Un pediatra, en la visita de los seis meses le dice a una madre que tiene que dejar de dar el pecho. ¿El motivo? «Recuerde que tiene también un marido». ¿????????
Dicho por un niño de 5 años: «¿No tienes dinero para comprar un poco de leche?».
De nuevo otro pediatra: «Señora, no le dé el pecho más de diez minutos ya que sino el niño se llena de aire»… Porque como todos sabemos las mujeres tenemos las tetas llenas de aire…
«A esta edad (1 año) no sé si le gusta chupar más al niño o a ti»… El marido de la mamá en cuestión responde: «Mire que si ella quiere, yo estoy aquí»… Ejem, ejem…
«Cuando llore, en lugar de la teta, dale un poco de manzanilla...».
«Una amiga mía ha dado el pecho a su hija hasta el año y la niña ahora es diabética y al segundo se lo ha dado dos meses y es celiaco!!!»… ¿Y qué tiene que ver la lactancia?
«Pobrecito, normal que beba así de poco, si continúas a darle la teta no se acostumbrará jamás al agua»…
Dicho por una pediatra que se ha convertido en madre hace poco: «Lactancia a demanda, sí, pero aproximadamente cada tres horas, porque hay que darle tiempo al estómago para digerir la toma anterior. Y, además, hay que establecer unas reglas desde el principio. Por el bien del bebé, claro está, porque tiene que dormir entre tomas». Bien señora pediatra, y si no duerme entre toma y toma porque tiene hambre ¿qué hago?...

¿Y a vosotras que otros disparates os han dicho o habéis escuchado?

;-DDDDD


Ha sido un escrito de SARAI LLAMAS. Esker mila!
 
 Eleder BuM31    Mind Mapping-Open Space Technology - Creati-vida

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